Si está considerando una reconstrucción mamaria con implantes probablemente se esté haciendo esta pregunta. Hoy en día existen muchos tipos de implantes mamarios en el mercado. Lo único que es común en todos los tipos de implantes mamarios es que las cubiertas siempre están hechas de un elastómero de silicona, mientras que la forma, la superficie y el relleno están disponibles en una amplia variedad:
Si bien es común referirse a los implantes mamarios como simplemente redondos o anatómicos, es más preciso definir la forma de los implantes mamarios por las siguientes características:
Los implantes con un perfil redondo se consideran generalmente adecuados para la reconstrucción de una mama más joven, mientras que los implantes anatómicos o en forma de lágrima tienen la forma curva natural de la mama de una mujer adulta.
Además de las diferentes bases, perfiles y proyecciones, los implantes están disponibles en diferentes volúmenes o tamaños. Esta diversidad es necesaria para adaptarse a los diferentes tipos de cuerpo y formas de las mamas. En una consulta detallada, su médico se tomará el tiempo necesario para analizar sus opciones y encontrar el implante más adecuado para usted.
Los implantes rellenos de gel de silicona son el tipo de implante más utilizado en todo el mundo, tanto para el aumento como para la reconstrucción. Los implantes rellenos de solución salina se utilizan con mucha menor frecuencia porque tienden a sentirse menos naturales y están disponibles en una gama limitada de formas.
La tecnología de implantes de vanguardia, también ofrecida por POLYTECH, ha permitido la producción de implantes de silicona rellenos con un gel de silicona cohesivo y altamente reticulado. En estos implantes, la reticulación del gel hace que conserve su forma. Estos tipos de implantes también vuelven a su forma original cuando se tocan o presionan moderadamente.
Debido a los estándares de fabricación significativamente mejorados, los implantes actuales son mucho más seguros que los implantes de generaciones anteriores. Todos los implantes tienen una barrera de difusión que minimiza el riesgo de que pequeñas moléculas de silicona migren al tejido circundante. Además, los componentes de bajo peso molecular en el relleno del gel altamente reticulado y cohesivo se han reducido drásticamente. Si estos implantes se dañan, no se filtrarán en caso de rotura.
Los implantes mamarios están disponibles con una superficie lisa, texturizada o recubierta de espuma de micro-poliuretano. ¿Porqué?
Los primeros implantes mamarios se fabricaron en la década de 1960 y tenían una superficie lisa. En la década de 1970 se introdujo un recubrimiento de espuma de poliuretano para minimizar el evento de contractura capsular, así como la dislocación y rotación del implante. Los implantes texturizados se introdujeron a finales de la década de 1980 para imitar el efecto de la capa de poliuretano.
Como parte de una reacción natural del cuerpo, se forma una cápsula de tejido conectivo alrededor de cualquier cuerpo extraño insertado en el tejido, incluso alrededor de los implantes mamarios. El apriete no deseado de esta cápsula (contractura capsular o fibrosis capsular) puede resultar en cambios tanto en la forma como en la posición del implante y, por tanto, en la forma de la mama.
Además, la cápsula puede volverse muy dura y causar dolor. La contractura capsular es la complicación más común de la cirugía de implantes mamarios y se clasifica mediante la escala de Baker (consulte la sección “Riesgos y complicaciones de los implantes mamarios”).
Es posible que nunca ocurra una contractura capsular, o puede ocurrir después de semanas, meses o años. No se puede predecir si ocurrirá una contractura capsular o cuándo y, si ocurre, qué tan pronunciada puede llegar a ser.